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Écouter Gilles Deleuze
Cours sur le cinéma
Abordaré el primer capítulo de Materia y Memoria. Ese primer capítulo es extraordinario en sí, y con relación a la obra de Bergson. Aún en el bergsonismo tiene una situación única. Es un texto muy curioso.
Suponemos que la psicología, a fines del siglo XIX se encuentra en una crisis. La crisis consistía en que no podían mantenerse en la situación siguiente, es decir en una distribución de las cosas en la que teníamos las imágenes en la conciencia y los movimientos en el cuerpo. Esta especie de mundo fracturado en imágenes en la conciencia y en movimientos en el cuerpo planteaba cantidad de dificultades. Pero, ¿por qué planteaba dificultades a fines del siglo XIX y no antes? ¿Es por azar que coincide con los inicios del cine? ¿No habrá sido el cine una especie de trastorno que vuelve cada vez más imposible una separación de la imagen, la cual remitiría a una conciencia, y un movimiento, el cual remitiría a los cuerpos? A inicios del siglo XX, se dibujan dos grandes reacciones contra esta psicología clásica que estaba atascada en la dualidad de la imagen en la conciencia y el movimiento en el cuerpo. Una que dará la corriente fenomenológica y la otra que la dará el bergsonismo. El que la fenomenología haya tratado tan duramente a Bergson, ¿no sería para separarse de él? Lo que hay en común entre la fenomenología y Bergson, es esta especie de superación de la dualidad imagen-movimiento. Quieren sacar a la psicología de un camino trillado. Pero si esa meta les es común, ellos la realizan, la efectúan de manera completamente diferente. Y yo decía que si se acepta que el secreto de la fenomenología está contenido en la formula estereotipada, muy bien conocida, de: "toda conciencia es conciencia de algo", con la que pensaban, justamente, ir más allá de la dualidad de la conciencia y del cuerpo, de la conciencia y de las cosas. El procedimiento bergsoniano es completamente diferente y su formula estereotipada, si la inventamos, sería: "toda conciencia es algo". Es necesario ver la diferencia de esas dos formulas, y aquí también tengo una hipótesis, como marginal, concerniente al cine, a saber: es que de cierta manera no es Bergson el que está en ventaja sobre la fenomenología.
En toda su teoría de la percepción, la fenomenología, a pesar de todo, conserva las posiciones pre-cinematográficas, mientras que Bergson que, en "La evolución creadora", opera una condenación tan global como rápida del cine, desarrolla quizá, en "Materia y Memoria", un extraño universo que se podría llamar cinematográfico y que está mucho más próximo de una concepción cinematográfica del movimiento que la concepción fenomenológica del movimiento. Voy a relatarles este primer capítulo con lo que tiene de extraño. Es un texto muy difícil. Ese texto nos lanza de lleno un latigazo, inmediatamente, que hay que comprender muy bien, y es que no hay dualidad entre la imagen y el movimiento, como si la imagen estuviese en la conciencia y el movimiento en las cosas. ¿Qué hay? Solamente imágenes-movimiento. Es en sí misma que la imagen es movimiento y en sí mismo que el movimiento es imagen. La verdadera unidad de la experiencia es la imagen-movimiento. A este nivel solo hay imágenes-movimiento. Un universo de imágenes-movimiento. Las imágenes-movimiento son el universo. El conjunto de las imágenes-movimiento, ese conjunto ilimitado, es el universo. ¿En qué atmósfera estamos? Bergson se preguntará ¿de qué punto de vista habla? Es un capítulo muy inspirado.
Un universo ilimitado de imágenes-movimiento, ¿qué quiere decir? Quiere decir que, fundamentalmente, la imagen actúa y reacciona. La imagen es lo que actúa y reacciona. La imagen es lo que actúa sobre las otras imágenes y lo que reacciona a la acción de otras imágenes. La imagen sufre las acciones de otras imágenes y reacciona. ¿Por qué esa palabra "imagen"? Es muy simple, y nuestra comprensión es un poco afectiva. La imagen es lo que aparece. Se llama imagen a lo que aparece. La filosofía siempre ha dicho "lo que aparece es el fenómeno". El fenómeno, la imagen, es lo que aparece en tanto aparece. Bergson nos dice, entonces, que lo que aparece está en movimiento y, en un sentido, es muy clásico. Lo que no es clásico es lo que saca de allí. El toma en serio esta idea. Si lo que aparece está en movimiento, solo hay imágenes-movimiento. Eso quiere decir, no solo que la imagen actúa y reacciona, ella actúa sobre otras imágenes y las otras imágenes reaccionan sobre ella, pero ella actúa y reacciona en todas sus partes elementales. Esas partes elementales que son ellas mismas imágenes, o movimientos, ustedes eligen. Ella reacciona en todas sus partes elementales o, como dice Bergson, bajo todas sus caras: cada imagen actúa y reacciona en todas sus partes y bajo todas sus caras que son ellas mismas imágenes. ¿Qué quiere decir eso? El intenta decirnos: no consideren que la imagen es un soporte de acción y reacción, sino que la imagen es en sí misma, en todas sus partes, y bajo todas sus caras, acción y reacción, o si lo prefieren: acción y reacción son de las imágenes. En otros términos, la imagen es el estremecimiento, la vibración.
Entonces, es evidente que la imagen es el movimiento. La expresión que no está en el texto de Bergson, pero que, todo el tiempo, está sugerida por el texto, la expresión imagen-movimiento está fundada desde ese punto de vista.
Bergson quiere decirnos que no hay ni cosa ni conciencia, que hay imágenes-movimiento y que eso es el universo. En otros términos, hay un en sí de la imagen. Una imagen no tiene ninguna necesidad de ser apercibida. Hay imágenes que son apercibidas, pero hay otras que no son apercibidas. Un movimiento puede muy bien no ser visto por alguien, es una imagen-movimiento. Es un estremecimiento, una vibración que responde a la definición misma de imagen-movimiento, a saber una imagen-movimiento es lo que está compuesto en todas sus partes y bajo todas sus caras por acciones y reacciones. Solo hay movimientos, es decir solo hay imágenes.
Entonces, literalmente, no hay ni cosa ni conciencia. La fenomenología conservará todavía las categorías de cosas y de conciencia, trastornando su relación. Para Bergson, en este nivel, en el primer capítulo, no hay ni cosa ni conciencia. Solo hay imágenes-movimiento en perpetua variación las unas con relación a las otras. ¿Por qué? Porque es el mundo de las imágenes-movimiento puesto que toda imagen como imagen ejerce las acciones y sufre las acciones, puesto que sus partes como imágenes son ellas mismas las acciones y reacciones. La cosa son las imágenes, las cosas son las imágenes, los estremecimientos, las vibraciones. La mesa es un sistema de estremecimientos, de vibraciones.
Introduzco inmediatamente algo que puede aclarar ciertos textos de Bergson. una molécula, es una imagen, diría Bergson, y justamente es una imagen porque es estrictamente idéntica a sus movimientos. Cuando los físicos nos hablan de tres estados de la materia: estado gaseoso, estado solido, estado liquido; estos se definen ante todo por los movimientos moleculares de tipos diferentes, las moléculas no tienen el mismo movimiento en los tres estados. Pero siempre son de la imagen-movimiento, es decir de las vibraciones, de los estremecimientos, sometidos, sin duda, a las leyes. La ley es la relación de una acción y una reacción. Esas leyes pueden ser extraordinariamente complejas. Y, tanto como no hay cosas, no hay conciencia. ¿Por qué? Por ejemplo, la cosa solida es una imagen-movimiento de cierto tipo, y es cuando el movimiento de las moléculas esta confinado por la acción de otras moléculas en un espacio restringido de tal manera que la vibración oscila alrededor de una posición media. Al contrario, en un estado gaseoso, hay un libre recorrido de las moléculas, unas respecto de las otras. Pero son tipos de estremecimientos diferentes. Y así como no hay cosas no hay conciencia. ¿Qué es mi conciencia? Es una imagen, es una imagen-movimiento, una imagen entre otras. Mi cuerpo, mi cerebro, son imágenes-movimiento entre otras. Ningún privilegio. Todo es imagen-movimiento y se distingue por los tipos de movimientos y por las leyes que regulan la relación de las acciones y reacciones en este universo. Acabo de sugerir esta identidad imagen=movimiento. Bergson añade algo muy importante en este primer capítulo: no solo imagen=movimiento, sino imagen= movimiento= materia. De cierta manera, eso va de sí, pero también es muy difícil. Para comprender la triple identidad, le es necesario proceder en cascada.
Necesita primero mostrar la identidad primera imagen=movimiento, y la identidad de la materia deriva de la identidad imagen=movimiento. Es porque la imagen es igual al movimiento que la materia es igual a la imagen-movimiento. La materia es ese universo de las imágenes-movimiento en cuanto ellas están en acciones y reacciones las unas respecto de las otras.
¿Por qué la materia y la imagen se concilian tan bien? Es porque la materia es lo que no tiene virtualidad, por definición. Bergson dice que en la materia nunca hay nada escondido. Hay mil cosas que no vemos, pero hay una cosa que sé, como a priori, como independientemente de la experiencia, según Bergson en todo caso, y es que, sí, la materia puede tener mucho más que lo que veo, es en ese sentido que ella no tiene virtualidad. En la materia no hay y no puede haber más que movimiento. Entonces, seguramente, hay movimiento que no veo. Retoma el tema precedente, hay imágenes que no percibo, pero no por eso son menos imágenes tal y como él ha definido la imagen. La imagen no está simplemente en referencia con la conciencia, por una simple razón: que la conciencia es una imagen entre otras imágenes.
En una especie de orden de razones, habría que decir: comienzo por mostrar la igualdad de la imagen y del movimiento, y es está igualdad de la imagen y del movimiento lo que me da el derecho de concluir la igualdad de la materia con la imagen-movimiento. Estamos aquí con nuestra triple identidad.
Esta triple identidad, imagen= movimiento= materia, es, entonces, como el universo infinito de una universal variación perpetua de acciones y reacciones. No es la imagen que actúa sobre otras imágenes y no es la imagen que reacciona frente a otras imágenes, sino la imagen en todas sus partes y bajo todas sus caras la que es en sí misma acción y reacción, es decir vibración y estremecimiento.
¿Desde qué punto de vista puede Bergson descubrir este universo de la imagen-movimiento? Bergson se lo pregunta y responde que es el punto de vista del sentido común. En efecto, el sentido común no cree en una dualidad de la conciencia y de las cosas. El sentido común sabe muy bien que nosotros captamos más que las representaciones y menos que las cosas. El sentido común se instala en un mundo intermediario, entre las cosas que nos serían opacas y las representaciones que nos serían interiores. Bergson dice que ese universo de las imágenes-movimiento, finalmente, es el punto de vista del sentido común. ¿No sería más bien el punto de vista de la cámara?
Universo infinito de universales variaciones, ese es el conjunto de las imágenes-movimiento. ¿Podría definir ese universo como una especie de mecanismo? Acción y reacción. Es verdad que posee una relación directa con el mecanismo, a saber que no hay finalidad en este universo. Este universo es como es, tal como se produce, aparece; no tiene ni razón ni meta.
Aún más, para Bergson esta cuestión no tiene sentido. Entonces este universo parece mecánico. Pero, de hecho, no del todo. ¿Por qué este universo de las imágenes-movimiento no puede ser un universo mecánico? Si tomamos en serio el concepto de mecanismo, creo que responde a tres criterios de los que Bergson ha hablado claramente: primer criterio es la instauración de un sistema cerrado, de sistemas artificialmente cerrados. Una relación mecánica implica un sistema cerrado al cual se refiere y en el cual se desarrolla. El segundo criterio es que implica cortes inmóviles en el movimiento. Operar cortes inmóviles en el movimiento, a saber el estado de un sistema en un instante. El tercer criterio es que implica acciones de contacto que dirigen el proceso tal como pasa en el sistema cerrado. Hemos visto precedentemente que con Bergson el universo de las imágenes-movimiento no es un universo cerrado. Esta es una primera diferencia con el sistema mecánico. El universo de las imágenes-movimiento es un universo abierto y sin embargo no hay que confundirlo con lo que Bergson llama, en La evolución Creadora, el Todo abierto en el sentido de la Duración. Tenemos entonces tres nociones por distinguir:
- el sistema artificialmente cerrado o conjunto,
- el Todo, o cada todo, que es fundamentalmente del orden de la duración,
- el universo que designaría el conjunto de las imágenes-movimiento en tanto que ellas actúan las unas sobre las otras y que reaccionan las unas con las otras.
Entonces este universo de las imágenes-movimiento no es de tipo mecánico puesto que no se inscribe en los sistemas cerrados. Este universo no procede por cortes inmóviles del movimiento puesto que, en efecto, procede por movimiento. Y si, como también lo hemos visto precedentemente, el movimiento es el corte de algo, uno no debe confundir el corte inmóvil del movimiento con el movimiento mismo como corte de la duración. Ahora bien en el universo de las imágenes-movimiento, los únicos cortes son los movimientos mismos, a saber las caras de la imagen. Es entonces una segunda diferencia con un sistema mecanicista. Tercera diferencia: el universo de las imágenes-movimiento excluye las acciones de contacto, ¿en qué? Las acciones sufridas tras una imagen se extienden también lejos y a la distancia que se quiera, ¿según qué? Según las vibraciones correspondientes.
Bergson que ha criticado completamente los cortes que se operan sobre el movimiento, nosotros esperaríamos que lo que tome como ejemplo de esos cortes inmóviles operados sobre el movimiento, que tome como ejemplo el átomo. El átomo es típicamente un corte inmóvil operado sobre el movimiento. Ahora bien, nunca invoca el átomo cuando habla de cortes inmóviles. El se hace una idea muy rica del átomo, el átomo siempre es inseparable de un flujo, de una onda de acción que recibe y de una onda de reacción que emite. Bergson nunca concibe el átomo como un corte inmóvil. Concibe el átomo como corpúsculo en relación fundamental con las ondas, en relación inseparable con las ondas, o como un centro inseparable de las líneas de fuerzas. En ese sentido el átomo, para él, no es fundamentalmente un corte operado sobre el movimiento, sino una imagen-movimiento. Por esas tres razones digo que el universo de las imágenes-movimiento merece el nombre de universo porque no se reduce a un sistema mecánico, y sin embargo excluye toda finalidad, toda meta, aún más excluye toda razón. De ahí la necesidad de encontrar un término que distinguiera bien la especificidad de este universo de las imágenes-movimiento. La palabra maquínica me parece necesaria. No es un universo mecanicista ni mecánico, es un universo maquínico. Es el universo maquínico de las imágenes-movimiento. ¿Cuál es el interés de lo maquínico? Es que es por el que podemos englobar la triple identidad imagen= movimiento= materia. Es el agenciamiento maquínico de las imágenes-movimiento. ¿El cine no és esto, al menos en una definición parcial?
Lo que me parece muy sorprendente en ese primer tema es que nunca, que yo conozca, se había mostrado que la imagen fuera a la vez material y dinámica. Mientras que Bachelard se ocupa de la imaginación, por otros medios, y así encuentra, a su manera, a saber la idea de que la imaginación es en su esencia material y dinámica. Esto es afirmado con una fuerza extraordinaria en el primer capítulo: la imagen es una realidad material y dinámica.
En todos los textos de Bergson antes de Materia y Memoria, y en todos aquellos después de Materia y Memoria, ustedes encontrarán un terreno bien conocido que es el del bergsonismo, y si intento definirlo, de un lado ustedes tienen el espacio, de otro lado, ustedes tienen el verdadero movimiento y la duración. El primer capítulo de Materia y Memoria hace un fantástico avance porque parece decirnos de hecho otra cosa, nos dice que el verdadero movimiento es la materia, y la materia-movimiento es la imagen. Ya no se trata de la cuestión de la duración. Nos introduce en ese universo muy especial que yo llamo por comodidad el universo maquínico de las imágenes-movimiento. La pregunta es ¿Cómo un punto tan avanzado podrá conciliarse con los libros precedentes y con los libros que lo siguen? A partir del primer capítulo de Materia y Memoria asistimos al descubrimiento de un universo material de las imágenes-movimiento, a tal punto que el problema de lo extenso ya no se plantea, ¿por qué? Porque lo extenso está en la materia y no la materia en lo extenso. Lo que cuenta es la triple identidad imagen= movimiento= materia. Esta triple identidad define lo que se llamará en adelante el universo material o el agenciamiento maquínico de las imágenes-movimiento. El cine es el agenciamiento de las imágenes-movimiento.
Es el primer punto y es como una novela, aún más que las novelas pues en ese universo maquínico de las imágenes-movimiento, que actúan y reaccionan las unas sobre las otras, en perpetua vibración , esta es la imagen: aquí algo va a pasar. En ese mundo surgirá algo extraordinario, ¿qué puede pasar en este universo sino que las imágenes, perpetuamente, chapoteen? Algo llega en este universo. Este universo de las imágenes-movimiento no tiene nada que ver, por el momento, con una percepción cualquiera. ¿Cómo nace una percepción? Por el momento no introduciré la categoría de percepción. Hay que pensar la inmovilidad en términos de movimiento (...) ...
Comprendan las reglas del concepto que se impone Bergson: nos dice que la materia no contiene nada más que lo que nos da. No hay nada escondido en la materia: ¿qué puede pasar en este universo? Esta completamente excluido el recurrir a algo que no sea movimiento, eso está en suspenso.
Lo que pasa es: ciertas imágenes presentan un fenómeno de retardo. Bergson solo introduce el retardo. Retardo quiere decir que, a nivel de ciertas imágenes, la acción sufrida no se prolonga inmediatamente en reacción ejecutada. Entre la acción sufrida y la acción ejecutada hay intervalo. Eso es prodigioso: lo único que se da es un intervalo de movimiento. Literalmente, es nada. Hay imágenes constituidas de tal manera que entre la acción que sufren y la reacción que ejecutan, hay un lapso de tiempo, un intervalo. Bergson nos dice que la superioridad de ciertas imágenes no es la de tener un alma, no es la de tener una conciencia -ellas permanecen completamente en el dominio de las imágenes-movimiento-, simplemente es como si la acción sufrida y la reacción ejecutada estuvieran distendidas. ¿Qué hay entre las dos? Por el momento nada, un intervalo. ¿Hay imágenes que se definirán únicamente a nivel del movimiento: retardo del movimiento?
Solo exige un pequeño desvío. Un pequeño intervalo entre dos movimientos. Habría entonces dos tipos de imágenes:
1) las imágenes que sufren las acciones y que reaccionan en todas sus partes y bajo todas sus caras, inmediatamente,
2) otro tipo de imágenes que simplemente presentan un desvío entre la acción y la reacción.
Reservaremos la palabra acción, propiamente hablando, a las reacciones que sobrevienen después del desvío. Tales imágenes están llamadas a actuar propiamente hablando. En otros términos, hay acción cuando la reacción no se encadena inmediatamente con la acción sufrida. Es una definición temporal. Y las definiciones de Bergson siempre son definiciones temporales: él siempre define en el tiempo a las cosas o a los seres.
Tomemos un ejemplo: mi cerebro. Mi cerebro es una imagen-movimiento, pero es una imagen extraña. La diferencia entre la imagen-cerebro y la médula espinal: en el arco reflejo una conmoción recibida, una acción sufrida, se prolonga inmediatamente, hay entonces un encadenamiento inmediato, sin intervalo, entre las células sensitivas que reciben la excitación (a grosso modo), y las células motrices de la médula que desencadenan la reacción. Mi cerebro recibe una excitación y extrañamente se hace un giro: la excitación va más allá, ella va más allá de las células del encéfalo, hasta las células corticales. De allí re-desciende hasta las células motrices de la médula, entonces hay diferencia entre una acción refleja y una acción cerebral. Todo esto es puro movimiento. Ese es el retardo. El intervalo entre los dos movimientos ha sido cogido por el retorno del movimiento. La filosofía solo tiene necesidad de una definición temporal del cerebro, y la primera definición temporal será el desvío. El cerebro es, el mismo, un desvío, un desvío entre un movimiento recibido y un movimiento devuelto, desvío a favor del cual se produce un retorno del movimiento.
¿Qué implica ese desvío? Bergson nos dice tres cosas:
La imagen especial (el desvío) que lo es debido a esta propiedad del desvío; no podemos decir que sufra las acciones, no podemos decir que reciba las excitaciones en todas sus partes y sobre todas sus caras. Este era el caso de la imagen-movimiento ordinaria. Cuando hay desvío entre el movimiento recibido y el movimiento ejecutado, la condición misma por la que hay desvío es que el movimiento recibido sea localizado, que la excitación recibida sea localizada. La imagen especial será una imagen que recibe las excitaciones que se ejercen sobre ella en algunas de sus partes y sobre algunas de sus caras. Eso quiere decir que cuando otra imagen actúa sobre ella, ella solo retiene una parte de la acción de la otra imagen. Hay cosas que atraviesan la imagen especial y a las que permanece indiferente, en otros términos, retiene solo lo que le interesa. En efecto, solo retiene lo que es capaz de captar en algunas de sus partes y sobre algunas de sus caras. Retiene lo que le interesa. Ejemplo: en la luz, lo viviente solo retiene ciertas longitudes de ondas y ciertas frecuencias, el resto lo atraviesa y le es indiferente. La oposición deviene rigurosa: la imagen especial que presenta el fenómeno de desvío, por ese mismo hecho, ella solo recibe la acción que sufre sobre ciertas caras o en ciertas partes, y entonces, deja escapar de la imagen -o de la cosa, lo que viene a ser lo mismo-, que actúa sobre ella, deja escapar mucho.
El primer carácter del desvío o de la imagen especial será seleccionar. Seleccionar en la excitación recibida, o eliminar, sustraer. Habrá cosas que la imagen especial dejará pasar, al contrario una imagen ordinaria no deja pasar nada puesto que, una vez más, ella recibe sobre todas sus partes y sobre todas sus caras. La imagen especial solo recibe sobre ciertas caras y partes privilegiadas. Entonces deja pasar una enormidad de cosas. No veo más allá o más aca de ciertas longitudes de ondas, de tales o cuales frecuencias. Un animal verá o escuchará cosas que yo no siento. Ese es el primer aspecto de la selección o la eliminación que define el fenómeno del desvío, o ese tipo de imagen especial.
Segundo: consideremos la acción sufrida, en lo que permanece, puesto que como imagen especial, ya he seleccionado las acciones que sufría. Consideremos ahora lo que sufro como acción: sufro un estremecimiento, recibo las vibraciones. No hablo de las que elimino, ni hablo de las que dejo pasar. Hablo de las que recibo sobre una de mis caras privilegiadas y sobre algunas de mis partes. ¿Qué pasa para esta acción sufrida? Y este será el segundo carácter. En el circuito reflejo no hay problema, la acción se prolonga en reacción ejecutada por intermedio de los centros motores. Pero hemos visto que aquí hay un rodeo por el encéfalo, ¿qué quiere decir ese rodeo?
Sucede como si la acción sufrida cuando llega al encéfalo -parece prodigiosamente complicado-, se divide en una infinidad de caminos nacientes. Sucede como si la excitación recibida se dividiera al infinito como en una especie de multiplicidad de caminos bosquejados. La excitación se encuentra frente a una especie de división de sí en mil caminos corticales, y siempre modificados. Es una multidivisión. Multidivisión de la excitación recibida. Esta es la descripción bergsoniana de lo que hace el cerebro.
Bergson nos está diciendo que, evidentemente, el cerebro no introduce las imágenes, las imágenes no están ahí antes. No, el cerebro divide un movimiento de excitaciones recibidas en una infinidad de caminos, ese es el segundo aspecto: ya no una selección-sustracción, sino una división. Segundo aspecto del desvío: la división del estremecimiento o de la excitación recibida. La acción sufrida no se prolonga en una reacción inmediata, se divide en una infinidad de reacciones nacientes. Esta división es como una especie de indecisión, Bergson no utiliza esta palabra, pero yo la necesito. Es una indecisión, como si la excitación recibida vacilara, comprometiera un pie en tal camino cortical, tal otro pie en tal otro camino, etc. Es como un delta geográfico.
Tercero, gracias a esta división y estas subdivisiones de la excitación recibida por el cortex, ¿que pasa? Cuando hay un re-descenso al centro motor de la médula, es necesario que no sea ya el prolongamiento de la excitación recibida, sino que sea como una especie de integración de todas las pequeñas reacciones cerebrales nacientes. Aparecerá algo radicalmente nuevo con relación a la excitación recibida. Es lo que llamaríamos una acción propiamente hablando.
Este tercer nivel, diremos que consiste en lo que son las imágenes especiales porque, en lugar de encadenar sus reacciones con la excitación, ellas eligen la reacción que van a tener en función de la excitación.
Tenemos aquí, entonces, tres términos enteramente cinéticos, es decir términos de movimiento. No se ha introducido nada que parezca un espíritu. Esos tres términos cinéticos permiten definir la imagen especial, y son:
1) sustraer-seleccionar,
2) dividir,
3) elegir.
Y elegir no implica a ese nivel la conciencia.
La definición temporal, a partir de los textos de Bergson, sería:
Elegir es integrar la multiplicidad de las reacciones nacientes tal como se operarían o se trazarían en el cortex. Una tal imagen que es capaz de seleccionar algo en las acciones que sufre, de dividir la excitación que recibe, y de elegir la acción que ejecutará en función de la excitación recibida, a una tal imagen la llamamos la imagen subjetiva. Señalemos que ella hace parte, absolutamente, de las imágenes-movimiento. Esta definida por entero en movimiento. "Sujeto" no es, aquí, más que una palabra para designar el desvío entre la excitación y la acción. Yo diría que la imagen subjetiva es un desvío y este desvío define únicamente un centro que habría que llamar un centro de indeterminación.
Cuando hay desvío entre la excitación recibida y la reacción ejecutada, hay centro de indeterminación. Eso quiere decir que, en función de la excitación recibida, no puedo prever cual será la reacción ejecutada. El sujeto es un centro de indeterminación.
Entonces aquí la definición espacial corresponde a la realidad temporal del sujeto: por sujeto se entiende algo que se produce en el mundo, es decir en el universo de las imágenes-movimiento, es un centro de indeterminación que está definido temporalmente por el desvío entre el movimiento recibido y el movimiento ejecutado. Teniendo ese desvío los tres aspectos.
He aquí la segunda idea del primer capítulo que nos introduce directamente a una tercera idea: ¿cual es el vínculo entre esos caracteres? El centro de indeterminación está, entonces, definido por sustracción, división y elección. ¿Cuál es el vínculo entre esos tres caracteres? Es mi tercer problema concerniente al primer capítulo de Materia y Memoria.
Esas imágenes especiales no reciben el todo de la acción. Eliminan un gran número de partes de la imagen que actúa sobre ellas, es decir del objeto que actúa sobre ellas. Percibimos muy poco de las cosas. Bergson dice que nuestra grandeza es no percibir tanto, percibir, por definición, es no percibir tanto. Si percibo todo, no percibo. Percibir es captar la cosa. Mi problema deviene este: ¿por qué las imágenes especiales son debidas a la percepción? Es forzoso puesto que operan la sustracción-selección, perciben la cosa en ciertas partes de ella misma, privilegiadas, sobre ciertas caras. Perciben la cosa, si, pero mucho menos de las cosas.
La percepción de una cosa es la cosa menos algo que no me interesa. Ustedes recuerdan que todas las imágenes-movimiento, sobre todas sus caras y en todas sus partes, están en comunicación las unas con las otras, es decir que intercambian movimiento. No son buenas condiciones para percibir: la mesa no percibe. No tiene desvío entre las acciones y las reacciones, no hay selección. Para percibir es necesario que recorte la cosa sobre sus bordes; es necesario que yo le impida comunicar con las otras cosas en las que disolvería sus movimientos. Como dice Bergson, es necesario que la aísle. Y no es solo sobre sus bordes que debo sustraer, para tener una percepción, sino en la cosa misma: compongo mi sistema de colores con las longitudes de onda y las frecuencias que me conciernen. La percepción nace únicamente de una limitación de la cosa.
¿Qué diferencia hay entre la cosa y la percepción de la cosa? Aquí estamos en pleno corazón de lo que eran las dificultades de la psicología clásica. De cierta manera, no hay diferencia: la percepción es la cosa misma. Una vez más, decir que las cosas son las percepciones, si, muchos filósofos lo habían dicho en el pasado, por ejemplo Berkeley. Pero lo que quiere decir Bergson no tiene absolutamente nada en común con eso, pues, en cuanto a los otros, Bergson no quiere decir eso. Quiere decir que las cosas son las percepciones en sí...